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Las aventuras de Mad The Strange. Amor y como odiarte a ti mismo.

  • abracadabramefi
  • 31 may 2017
  • 3 Min. de lectura

-Tal vez sea gay- Dijo sarah- o bisexual-.

-Que va, el es hetero tan seguro como que la tierra es redonda- respondío Mad de manera seria y un tanto aburrida.

Habían estado hablando apenas hacía unos 20 minutos acerca de Kev, un compañero de clase de Mad que era un tanto peculiar. Mad conocía bien a Kev, un sujeto con una pésima suerte en el amor. La cultura popular había convencido a todo el mundo de que parte de ser adolescente significaba ser un fracaso en el amor. No es que Mad se preocupara por eso, pero siempre tuvo curiosidad en observar a las personas alrededor de su bachillerato siendo felices o ver como había chicos sufriendo y pensando que fracasarían toda la vida en el amor a sus 17 años. "Curioso" era una de sus palabras favoritas.

Ese día Kev estaba intentando hablar con "la chica de sus sueños" o mejor dicho la "segunda chica de sus sueños" después de que la primera lo haya rechazado. Lo más curioso para Mad fue que Kev nunca fue rechazado directamente, más bien se rechazó a sí mismo. Mad había subido al piso más alto del edificio más solitario para poder hablar con Sarah. Normalmente hablaba con ella fuera de su salón pero esta vez olvidó que debía fingir que hablaba por teléfono mientras hablaba con Sarah y la gente comenzó a verlo raro.

-Su forma de hablar con las chicas es extraña, pareciera que las va a atacar en cualquier momento- Dijo Sarah con un tono sarcástico.

-Lo hace a propósito- Dijo Mad -El sabe que su forma de acercarse puede resultar un poco extraña, pero piensa que eso le funcionará-. Decía mientras jugueteaba con los dedos un mechón de su cabello que caía en su frente. - Lo más curioso es que sabe al mismo tiempo que las chicas intentarán evitarlo si lo sigue haciendo. Es como que quiere que lo acepten definitivamente o lo rechacen sin posibilidad de una oportunidad sin pasar por la exhaustiva danza del cortejo-.

-Es un idiota-. Dijo Sarah

-Psicópata es la palabra que buscas- Dijo Mad sin inmutarse. -No es una mala persona, pero piensa que el amor es una "quest" donde la mujer es la recompensa después de habértela ganado con el sudor de tu frente. Les dice a las chicas lo que él piensa que ellas quieren oír y si eso no funciona, se rechaza a sí mismo y a por la siguiente chica, eso sin perderse antes de una buena dosis de meses de obsesión-.

-Bueno es como dicen, "aceptamos el amor que creemos merecer"-. Dijo Sarah pensativa.

-Mas o menos, pero una frase incompleta en este caso.- Mad cruzo los brazos y los recargó en el barandal de concreto que rodeaba el pasillo donde se encontraba con Sarah, luego recargó su cabeza en ellos y miró a Sarah con ojos somnolientos y ojeras profundas. La luz naranja del atardecer era preciosa pero Mad solo tenía ganas de irse a casa y acabar por hoy el día.- Él cree que merece amor y por eso lo busca, pero se odia y piensa que no tiene nada bueno que ofrecer. Tiene esa visión infantil del amor porque en su interior sabe algo que no quiere mencionar, y tal vez ni el pueda dilucidar qué es. Busca inconscientemente ser rechazado porque no podría aceptar a ninguna chica que sea capaz de enamorarse de alguien como él.

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